Sacerdotes y Pastores de la Radio
Me encanta escucharlos. Disfruto mucho los análisis que hacen de la biblia y cómo de dos líneas de texto hacen todo un discurso fenomenal. Por supuesto que no me lo creo, pero disfruto mucho escucharlos.
Me encanta escucharlos. Disfruto mucho los análisis que hacen de la biblia y cómo de dos líneas de texto hacen todo un discurso fenomenal. Por supuesto que no me lo creo, pero disfruto mucho escucharlos.
Técnicamente sí. Prácticamente no.
O dicho de otra manera, el 99% de las veces no pueden ser amigos, sólo el 1% sí y es por ciertas circunstancias muy particulares que aquí expondré y usando dos casos como ejemplo.
Recientemente tuve la oportunidad de platicar con Don Vidal, un señor de 95 años que en su niñez y adolescencia fue pastor de cabras, luego en su juventud fue obrero y luego velador. Pero a pesar de estos humildes trabajos Don Vidal se expresa como si en su vida hubiera sido historiador, filósofo, poeta y escritor. En realidad ahora lo es, por mérito propio.
Muchas personas creen que cuando uno está enojado es “válido” insultar, porque al fin y al cabo todo lo que se diga no tiene validez porque se dijo mientras uno estaba enojado. No hay nada más equivocado.
Jesucristo dijo (lo escribo de memoria, quizá no sea exactamente igual): No hace impuro al hombre lo que entra a su boca, sino lo que sale de ella, porque eso viene del corazón.
Este es un principio psicoanalítico y es uno muy sencillo. La persona que hace una broma está diciendo la verdad y sólo la verdad.
Primero hay que definir lo que es una broma y diferenciarla de sus primas hermanas, el humor y el chiste.
Los niños desde 1 año y hasta los 4 ó 5 años son muy propensos a golpearse con cosas porque aún no controlan 100% sus movimientos y no han aprendido a evitar accidentes.
Así que cuando pasa que se golpean o se machucan y sueltan el llanto, ¿qué puede hacerse para calmarlos casi de inmediato?
Leer más…Cómo calmar a un niño pequeño cuando se ha golpeado con algo
Es más conveniente que fácil.
Tomar los insultos directos o indirectos y ofenderse parece algo natural pero en realidad no lo es, es algo totalmente artificial y por lo tanto algo sin lo que podemos vivir perfectamente bien, es más, viviríamos mejor.
Los cuentos sirven muchas veces para explicar una realidad, yo prefiero los chistes, que son cuentos pero con un final gracioso, y aquí va uno:
El siguiente es un chiste del comediante mexicano norteño Chis-Chas, lo cuento de memoria y omito el uso de las malas palabras sólo para redactarlo en un español neutro y que sea así entendible para los lectores de fuera de México.
Llega un señor a casa de un amigo suyo y éste lo recibe y lo invita a pasar a su sala.
El anfitrión entonces llama a su esposa en repetidas ocasiones:
- Mi vida, quítame mi sombrero y pónmelo por favor en su caja con mucho cuidado.
- Cielo, quítame las botas, guárdalas y ponme unas pantuflas.
- Cariño, destápame una cerveza y pónmele limón y sal por favor, y me la traes.
- Nena, alcánzame el control remoto de la radio para poner algo de música.
El señor al despedirse y sin que estuviera la esposa de su amigo presente le dice:
- Oye ¡qué bárbaro!, ¡cómo eres flojo!, no te levantaste de la silla para nada y traías a tu mujer haciéndote todo.
- ¡Mira, mira, mira!, en primer lugar no vengas tú a perturbar la felicidad y armonía de mi hogar, en segundo lugar mi esposa está para eso, y en tercer lugar entiende una cosa, si yo te diera a ti las enchufadas que le doy a ella ¡tú también me lo harías todo!
Al buen entendedor con un chiste basta.
El fin de un año tendrá un significado diferente dependiendo de la edad que uno tenga, para los muy viejitos es un evento que no les importa, ya han tenido tantos que no es más que un día más para ellos… y es que de hecho, no es más que un día más. ¿Hay acaso algún cambio en nuestro planeta, en su vegetación, en los patrones de comportamiento de los animales, en las estrellas o en nuestro sol? Voy a responder porque quizá sea necesario: NO.